LA RINOPLASTÍA


La rinoplastia es una cirugía que da una nueva forma a la nariz. Ésta puede ser aumentar o reducir su tamaño, cambiar la forma de la punta o del puente, agudizar la abertura de los orificios nasales o cambiar el ángulo entre la nariz y el labio superior. Sus justificaciones pueden ser exclusivamente de carácter estético, obedecer a una causa reconstructiva como sería en el caso de un accidente, o explicarse en razones funcionales, en el caso que la forma de la nariz obstruya el normal funcionamiento del sistema respiratorio. Esta operación es una de las más comunes en el campo de las cirugías plásticas.

Si una persona joven quiere someterse a esta intervención debe haberse detenido su etapa de crecimiento, ya que la nariz puede continuar mutando y la operación sería un fracaso. Para las mujeres, es recomendable que no se realice antes de los 14 o 15 años. En cuanto a los hombres, debe procederse aun después.

Durante el procedimiento se hacen pequeñas incisiones por dentro de la nariz para no dejar cicatrices visibles. Luego, la piel se separa de la estructura osteocartilaginosa. El soporte hecho de cartílago y hueso se esculpe y, en caso de querer aumentar su tamaño, se agregan injertos que permitirán dar con la forma deseada. Finalmente, la piel se reacomoda sobre la nueva estructura y se pone una curación interna y otra externa. La primera consiste en tapones que estabilizan la zona intervenida, y la segunda, es un yeso que sostiene la nueva forma de la nariz.

Aproximadamente el 10 porciento de las personas sometidas a una rinoplastia requieren volver al pabellón por una segunda intervención que afine detalles que surgieron en la primera. La necesidad de una cirugía correctiva no es predecible y le puede suceder a cualquier cirujano.

Por lo general, esta intervención es de carácter ambulatorio, pero en algunos casos requiere de hospitalización por una noche. Se tarda alrededor de dos horas y la anestesia puede ser tanto local como general, dependiendo del tipo de operación y de las preferencias del médico y el paciente.

Durante el postoperatorio, es muy común que el paciente sienta hinchazón y sensibilidad en los párpados y la nariz. Para hacer más llevadero este período es recomendable aplicar compresas frías o hielo, los que ayudarán a atenuar la hinchazón y los hematomas. Los tapones instalados en el interior pueden retirarse a los dos días; eso ayudará a disminuir el malestar. La recuperación es más bien lenta y no hay que desilusionarse durante este período ya que los resultados sólo se pueden conocer después de transcurridas alrededor de dos semanas.

Cuando una persona decide hacerse una rinoplastia es muy importante tener presente que la nueva nariz no debe imitar un modelo, si no que debe ser pensada especialmente en concordancia con las propias facciones. “Insertar” una nariz que a otra persona se le puede ver muy agraciada puede resultar horrible para un tercero.